“El poder del diseño para crear un mejor futuro”

    Juliane Trummer, Blake McEldowney y Millaray Vega

    Durante los últimos años hemos llevado al medioambiente a su límite y ahora el planeta nos está empujando de vuelta. Es en momentos como éste, que nace la necesidad de reorientarnos por completo como humanidad y la disciplina del diseño no es una excepción.

    Los que formamos parte de este mundillo, estamos conscientes de cómo el diseño ha ido evolucionando en el último siglo, y, con la frente en alto, podemos afirmar que su influencia y poder han ido en incremento. Partimos a inicios del siglo XX con un foco más centrado en lo artístico, en lo visual. En los años 50’ nos fascinamos con lo que, en ese entonces, ya llamábamos tecnología y, ya a partir del año 2000, nos inclinamos notoriamente al negocio. Lo que nos ha dado más visibilidad. ¿Entonces?

    En coyunturas como la actual, lo primero que debemos repensar es nuestro “para qué”. Si hacemos un poco de historia, podemos ver que el diseño siempre ha estado al servicio del crecimiento económico. Desde la revolución industrial, al diseño necesario para la producción en masa, y ni que decir de su importancia en la reconstrucción del mundo después de la guerra. 

    En las últimas décadas pasamos al enfoque en el usuario, durante la explosión de la sociedad de consumo, para llegar a lo que tenemos en la actualidad: un diseño elevado a la experiencia en un mundo que, así como es globalizado, es un mundo en crisis existencial. De pronto, como sociedad, nos dimos cuenta de que el crecimiento económico por sí sólo no basta para lograr el bienestar. Entonces nos preguntamos, ¿qué sigue?

    El diseño siempre ha tenido una cultura de pensamiento crítico y responsabilidad ética que, a menudo, se activan en momentos de crisis y reorientación. Necesitamos un nuevo balance y una mirada más sistémica.

    Pasemos de la fórmula tradicional y vayamos más allá del usuario y preguntémonos ¿por qué estamos haciendo esto y para quién? Quizás es momento de dejar de situar al usuario en el centro del diseño y entenderlo como un componente más de un todo, que además considera el ecosistema, el planeta. Al referirnos a factibilidad, pensemos más allá de la tecnología, y cuando hablemos de que sea viable, consideremos sus efectos y externalidades.

    Por último, seamos conscientes del poder del diseño. Tengamos una visión sistémica, esto nos permitirá anticiparnos al futuro, facilitar el cambio, y, sobre todo, ayudar a los negocios a encontrar nuevas maneras de ser más sostenibles. Tenemos el poder para lograrlo.

    Si quieres saber cómo Mormedi puede ayudarte, escríbenos a madridHQ[at]mormedi.com

    ¿Y tú qué piensas?Mándanos tus comentarios a comunicacion@mormedi.com o déjanos tus datos de contacto para estar al día de todos los insights de Mormedi. Nos encanta co-construir nuestro contenido, por lo que si te gustaría que profundizáramos en algo, no dudes en escribirnos.